En este post hablaremos de nuevos materiales y de sus aplicaciones y dentro de ellas, trataremos de resaltar las que podrían resultar interesantes para la industria y el área logística.
Que la industria 4.0 se dirige a escenarios novedosos hoy en día no lo discute nadie. Las investigaciones y desarrollos actuales de nuevos materiales superan con mucho las mejores expectativas de la imaginación, más habituales en la ciencia ficción. La industria 4.0, será una industria mucho más sostenible y mucho menos contaminante, con fuentes de materia prima muy diferentes a las actuales y que ya son proyectos en desarrollo, con consumos de energía ínfimos si los comparamos con los actuales y que usará energías renovables para su funcionamiento. Sus productos irán a la par, serán sostenibles, menos contaminantes, más duraderos y energéticamente hablando, de consumos mínimos y prácticamente independientes.
Materiales sintéticos inteligentes
Se habla incluso de que algunos materiales sintéticos de los llamados inteligentes podrían imitar algunos comportamientos de los organismos vivos e incluso trabajar simbióticamente con microorganismos. ¿Se imaginan a seres vivos modificados fabricando los productos del futuro sin apenas consumo de energía ni utilizar contaminantes químicos? Pues ya es una posibilidad real. En un futuro a medio plazo será viable que microorganismos modificados creen materiales inertes, como el carbonato cálcico para la construcción, a partir del CO2 del aire contaminado.
Esto nos lo explican Antoni Garrell y Llorenç Guilera en su libro “La industria 4.0 en la sociedad digital” donde hablan de que ya se baraja la posibilidad de que en un futuro próximo “se podrá obtener carbonato cálcico a partir del CO2 combinado con virus bacteriófagos genéticamente mutados” esto aparte de aliviar el efecto invernadero proporcionaría “materiales para la construcción con muy poco consumo de energías no renovables y sin contaminantes químicos”.
La posibilidad de que la industria se sirva de otros microorganismos para fabricar multitud de materiales sin consumir apenas energía ni utilizar contaminantes químicos es una perspectiva real a medio plazo.
Electricidad a partir de ruido
Existen sensores que captan el ruido y lo transforman en electricidad. Podemos esperar que en el futuro la iluminación de pistas de aterrizaje donde el ruido es intenso utilice estos sistemas.
Podremos combinar estos sensores con muchos tipos de iluminación como la pintura electroluminiscente y pensar que será posible en el futuro que la carretera y sus elementos se iluminen gracias al paso de nuestro vehículo, usando como única fuente de energía el ruido de las ruedas por rozamiento con el asfalto. ¿Se iluminará justo el trozo de carretera que necesitemos ver en ese momento y se apagará tras nuestro paso? En cualquier caso, esta tecnología supone un sistema mucho más eficiente, económico y sostenible que la iluminación tradicional. La dependencia energética de la red eléctrica sería nula y la contaminación lumínica sería mínima ya que sólo se iluminaría si hay paso de vehículos. Podemos lanzarnos a imaginar las posibilidades de esta tecnología en señalización de caminos y carreteras y en el ahorro energético que supondría.
Esta pintura podría ayudarnos en los procesos de almacén, no es descabellado imaginar estanterías cuya pintura se ilumine para indicar en qué ubicaciones colocar o extraer producto para ayudar aún más a la mejora del servicio y evitar errores, o carretillas con carrocerías luminiscentes que aumenten el nivel de seguridad dada su mayor visibilidad.
Hay materiales que incluso permiten que sea la propia carretera en sí la que quede iluminada por la acción del sol. Existe un cemento fosforescente, es decir, que tras ser expuesto a la luz del sol es capaz de iluminarse por la noche en períodos de entre 8 y 12 horas. Puede utilizarse como recubrimiento de vías y caminos que quedarán iluminados sin necesidad de luz eléctrica. Las posibilidades de este material para países en vías de desarrollo o para mejorar la accesibilidad de las vías de paso a lugares habitados remotos o aislados es impresionante.
Materiales con memoria
Los materiales con memoria de forma son aquellos que una vez deformados recuperan su forma original bajo ciertas condiciones, por ejemplo, de temperatura. Hoy en día existen aleaciones metálicas como el “nitinol” que se introducen en el organismo a baja temperatura y aprovechando la recuperación de su forma por el calor que emite el cuerpo humano, unen fracturas. Estos materiales en ortodoncia ayudan a corregir posiciones dentales, en robótica pueden crear músculos artificiales, también se utilizan como válvulas, etc.
Quizá no sea descabellado pensar que en un futuro algunos productos puedan usar estos materiales y diseñarse de manera que permitan compactarse en origen para recuperar su forma en destino con el objetivo de aprovechar mejor el espacio disponible en almacenes y transportes sin deteriorarse. ¿Los puntales de los almacenes del futuro podrán viajar plegados hasta el momento de su instalación? No nos quedemos en los puntales ¿Podremos transportar módulos (puntales, riostras y largueros) o series de módulos enteras premontadas y plegadas para que se desplieguen justo en el espacio donde van a instalarse?
Grafeno
No podemos acabar este post sin dedicar unas líneas a este asombroso material de un increíble espesor de un átomo que, aunque ya tiene ciertos usos por ejemplo como aditivo en ciertos materiales, sigue siendo estudiado y desarrollado pero que ya apunta maneras como material que producirá increíbles cambios en el futuro a todos los niveles. ¿Hablaremos en el futuro de la Edad del Grafeno igual que hoy hablamos de la Edad de Bronce o de Piedra?
Se habla de baterías de larguísima duración que tardarán segundos en cargarse, de cables cientos de veces más rápidos que la fibra de vidrio, almacenamientos de datos muy superiores a los actuales en menor espacio, mejor aprovechamiento de la luz del sol en placas solares, es más duro que el acero y que el diamante y muy resistente a la vez que maleable, ideal para blindajes y carrocerías, envases y embalajes, pinturas conductoras de electricidad que sustituyen a los cables de cobre, recubrimientos anti bacterias, potabilización de aguas, etc.
La versatilidad del grafeno permitirá en el futuro que baterías mucho más duraderas alimenten procesadores increíblemente más rápidos que a su vez tengan un consumo energético menor y tengan en un tamaño mucho más reducido. Si cuando lleguen todos esos avances todavía los humanos tienen algún papel en nuestros almacenes y transportes, trabajarán con pantallas flexibles y ligeras de increíble resistencia que podrán plegarse o enrollarse y soportarán golpes y caídas sin inmutarse, quizá los cambios de baterías en los equipos de manutención sean historia ya que podrán recargarse en menos tiempo de lo que se tardaría en realizar ese cambio.
Conclusiones
Tejidos que no se manchan, materiales que se autoreparan, nanorobots que suministran medicamentos en zonas concretas del cuerpo o que destruyen células específicas como las tumorales, posibilidad de regeneración del cerebro con materiales sintéticos, pinturas y cementos que se iluminan, microorganismos que la naturaleza no crea trabajando para nosotros sin contaminar, cables de seda más resistentes y ligeros que los de acero…
Vehículos eléctricos que puedan trabajar varias jornadas a tres turnos sin recargar sus baterías y que puedan recargarlas en menos tiempo de lo que tarda un depósito de gasolina en llenarse hoy ya no es imaginar, es una posibilidad real. Pantallas finas y ligeras como el papel capaces de adquirir multitud de formas de manera que se adapten a todo tipo de soportes incluyendo el propio ser humano, que resistan golpes, que no se corroan ni deterioren por las condiciones ambientales. Carreteras que se autoiluminan, estanterías que viajan plegadas y que recuperan su forma al llegar al almacén donde deben instalarse y cuyo recubrimiento se ilumina o incluso es capaz de proyectar imágenes para ayudar en los procesos de almacén.
Gracias al tratamiento del big data y a las velocidades de procesamiento y de capacidad de almacenamiento que van a alcanzar los equipos, los ordenadores del futuro pensarán por nosotros, pronosticarán tendencias y anticiparán comportamientos con una precisión tal que quizá sean auténticos “videntes”, los más eficaces de la historia, y esto ocurrirá en el medio plazo. Como logísticos, gracias a esas predicciones llegaremos a ser capaces de servir productos a nuestros clientes sin tener que preocuparnos por si estarán en casa o no, simplemente realizaremos la entrega estén donde estén, caminando por la calle, viendo un escaparate, en la cola del cine o de camino al trabajo. No importará; si el ordenador sabe dónde está y teniendo en cuenta sus hábitos, podrá anticipar dónde estará, decidir el mejor momento para la entrega y calcular lo que sea necesario para hacerle llegar el producto en ese momento.
La cuarta revolución industrial es una realidad y tiene visos de dejar a la ciencia ficción en pañales. ¿Qué tendrán que imaginar los escritores sobre el futuro para sorprender con un guion o un relato?
Hoy en día casi antes de imaginar algo, ya se está inventando.
Autores
Juan Cisneros (Experto en almacenes Inteligentes -Lean Wharehousing – 5S)
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Rosa Ibáñez Tarín .
Directora de Marketing y Comunicación ADL
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