Internet, la globalización y el desarrollo de nuevas economías a nivel mundial han provocado un increíble aumento del comercio internacional, lo que supone sobrevivir en mercados cada vez más competitivos, requiriendo la implantación de medios tecnológicos cada vez más eficaces.
En este entorno, una de las áreas clave que más desarrollo ha generado y que, más atención ha reclamado ha sido la Gestión Logística, con sus implicaciones como es el caso de la Logística Inversa.
Hoy en día nadie pone en duda que la organización de la cadena de suministro en todos los niveles de la empresa supone una clara ventaja competitiva que, en ocasiones, incluso está por encima de las propias características del producto.
La excelencia en la gestión de la logística integral de una empresa determina su nivel de competitividad en el mercado.
Entendemos por gestión logística como la parte de la empresa que se encarga de dirigir y coordinar los distintos procesos que intervienen en su cadena de suministro; es decir, todas aquellas acciones o conocimientos que posee una empresa para captar, acceder o hacer uso de los recursos necesarios que hacen posible el desarrollo de su actividad empresarial.
Muchos recursos, conocimientos y actitudes deben ponerse a disposición de las compañías y coordinarse adecuadamente.
Para llevar a cabo una buena gestión de la función logística, se desvela como una tarea multidisciplinar que puede dividirse en varias partes claves:
– Compras y aprovisionamiento
– Gestión de stocks
– Producción
– Transporte
– Distribución
Los diferentes requerimientos técnicos y funcionales que cada una de esas áreas de actuación, obligan a las empresas a abordar la mejora de cada una de ellas por separado, pero nunca de forma independiente, es decir, será necesario una mejora conjunta de todos estos procesos de forma coordinada para que pueda suponer una clara ventaja competitiva que, además, producirá beneficios claros y directos en un horizonte corto de tiempo.
Poner el énfasis en mejorar la gestión logística conlleva alcanzar nuevos beneficios fácilmente identificables y que se pueden medir con facilidad. Vamos a ver algunos de ellos:
El almacenaje no aporta valor al producto (aunque si a la propuesta de valor) y sin embargo sí genera costes. Cierto que también nos protege de posibles incidencias en el suministro, nos permite tomar decisiones estratégicas beneficiosas para otros departamentos, satisfacer cambios en la demanda, especular, aprovechar ofertas, etc. Por eso la correcta administración de nuestros stocks debe centrarse en conseguir un equilibrio óptimo del nivel mínimo de existencias que debemos mantener de cada referencia para abastecer a tiempo todos los requerimientos de las distintas demandas internas y externas, pero sin aumentar los costes ni la obsolescencia. Una de dichas demandas es nuestra propia cadena de producción.
También podremos decidir reducir costes lanzando grandes lotes de producción, pero igualmente podremos hacerlo si las gestiones de los eslabones anteriores de la cadena de suministro, compras y stocks están alineadas con nuestros objetivos de producción. En cualquier caso, una correcta planificación de la producción necesita contar con los niveles de inventario y con la previsión de compras adecuados, los requerimientos de producción para un horizonte temporal definido dependen de ellos. Sin una correcta gestión de los dos primeros no podemos garantizar un funcionamiento óptimo y rentable de nuestra cadena de producción.
Tanto si nos referimos a la demanda del cliente final, a la de nuestras plataformas logísticas, o nuestras tiendas, como si nos referimos a la demanda y requerimientos de nuestros procesos internos en planta, el coste del transporte (casi un tercio del coste total logístico) puede llegar a comprometer la competitividad de un producto.
Por ello la gestión del transporte y la distribución deben ser eficaz en todas sus áreas. Hoy en día los clientes pueden rechazar un producto sólo porque tarden demasiado en recibirlo pese a ser extraordinariamente barato.
No en vano en los últimos años, hemos podido observar a gigantescas cadenas de distribución orientales aproximar las ubicaciones de sus centros de distribución al cliente final, acortando plazos de entrega, aunque ello suponga un incremento del precio final del producto.
Si quieres profundizar algo más te proponemos que leas “6 consejos para tu organización logistica” por DATADEC socio de ADL Asociación para el Desarrollo de la Logística www.adl-logistica.org
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